Ya sabéis, son las "presiones sociales" que produce la Sharia.
Resulta que, en Arabia Saudí, ese reino progresista y defensor de los derechos individuales, una mujer pide a un hombre que la lleve en su coche a su casa. El hombre, en vez de llevarla a su casa, la lleva al extrarradio donde es violada por ese caritativo conductor y otros cuatro amigos de él durante toda la noche. La mujer, embarazada como resultado de tan amoroso encuentro con todos esos vigorosos hombres islámicos, fue horrorizada al Hospital King Fahd de las Fuerzas Armadas a que la practicaran un aborto (se supone que en ese hospital los practican).
Allí la preguntaron cómo tuvo lugar la feliz concepción. Y, cuando dijo que la "relación sexual había sido forzada", la llevaron al juez de Jeddah donde la han condenado a un año de cárcel y a 100 latigazos por adulterio.
Eso sí, esperarán para cumplir la sentencia a que nazca el retoño, no vaya a ser que se desgracie después de esa maravillosa y libre concepción.
De los violadores, no se tiene noticia. Y es que claro, si te metes en un coche sola con un hombre desconocido, ya se sabe a lo que vas.
Y eso precisamente debió pensar un taxista musulmán australiano que violó a tres mujeres que pensaron (como cualquiera que se mete en un taxi) que con darle lo que marca el contador ya habían pagado el recorrido. El taxista se llama Hassan Nagi y le vemos en la siguiente foto:
Las 40 nuevas residencias y centros de Día para 2030 se construirán con
ayudas a entidades sociales
-
La Comunidad de Madrid avanza en el proyecto de construcción de 40 nuevas
residencias y 40 centros de Día para personas mayores y dependientes hasta
el a...
Hace 1 hora