Y después de un día en el que casi me he divorciado del blogueo por los n-ésimos problemas con el blog , resulta que tenemos un divorcio a la vista que puede ser muy importante para el devenir político de Francia. Cuando leí hace unos pocos días que había rumores sobre la cuestión en el blog de Juan Pedro Quiñonero, lo comenté en casa (ya sabeis, estos cotilleos siempre dan que hablar en la comida ). La respuesta unánime fue: ¡¡¡uyyy, eso se veía venir!!!
Todos sabemos que ganó por goleada las elecciones presidenciales, después de una campaña presidida por su enfrentamiento con Ségo -que, recordemos, también acabó su relación de más de 20 años y 4 hijos con Françoise Hollande, también dirigente del Partido Socialista Francés- y por la influencia de los disturbios de noviembre del año 2005 en París, disturbios que se repitieron después de ser proclamado vencedor. Su partido, la UMP, ganó, aunque por menos de lo que se esperaba, las elecciones parlamentarias.
La izquierda francesa se ha quejado mucho durante los últimos meses de la preponderancia de Sarkozy en los medios de comunicación, pidiendo incluso François Hollande que les amparase el Comité Audiovisual Francés.
Pero el anuncio de la modificación de las pensiones de jubilación, cuya regulación data de la postguerra, ha provocado una huelga que ha tenido un amplio seguimiento, justo en el mismo momento en que se anuncia su separación.
Según Le Monde, el divorcio no es importante políticamente para los franceses, pero la portada de Libèration parece decir otra cosa: en primer lugar, se la denomina a ella “mujer desesperada”, en alusión a la famosa serie americana, pero además, la conclusión es que “se debe pasar la página de la americanización de la vida pública francesa”. Desde mi punto de vista, hay que decir que al menos han sido valientes de anunciarlo ahora y no como muchos de los anteriores Présidents de la République que mantenían sus consabidas queridas pero luego iban del brazo de sus respectivas mujeres a las galas oficiales.
De hecho uno de los gritos, que se oyeron en la huelga fue: “Cécilia, somos como tú, ¡¡estamos hartos de Nicolás!!“. Y es que según parece, a “Sarko” le gusta estar en primer plano y no aguanta que las miradas en actos oficiales se vayan siempre a Cécilia, lo que se lo ha hecho pagar con múltiples infidelidades, no fuera a ser que se creyera que era la única con éxito. Como dice Fausta, Sarko ha sido un “ladies’ man”. A pesar de todo, Cécilia sigue siendo un misterio para la prensa gala y Sarko reconoce que “ella es su única preocupación”..
The Economist, que no oculta su animadversión por “Sarko”, titula “La mala semana de Sarkozy“, aunque tiene que reconocer que no es para tanto.
There are two ways to interpret this week’s show of union force. One is that it is the first sign of a return to 1995, when four weeks of strikes against a similar pension reform forced the government of the day to abandon its plans altogether. Union leaders are to meet early next week to decide whether to call a follow-up strike. For Bernard Thibault, leader of the communist-backed Confédération Générale du Travail, the biggest rail union, who cut his teeth as a railway-union boss in 1995, this is his chance to flex his muscles at President Nicolas Sarkozy, not only over the pension regime but ahead of a raft of other reforms this autumn.
Yet a more plausible reading is that this is the last gasp of a union movement that faces a changed political outlook in France. From January 2008, the law will require a minimum service on public transport during strikes. Reform of the special regimes, which cover 500,000 workers and 1.1m pensioners, has hardly come out of the blue. The centre-right Mr Sarkozy was elected on a campaign promise to do away with the regimes, which let railway, electricity and gas workers retire as young as 50 on full pensions, when the rest of the public sector has to work until 60.
Perhaps most important, public opinion has changed. At various points in 1995, 54-62% of French voters backed the strikers. Today fully 55% say that the one-day strike is “not justified”, according to a poll in Le Figaro. The same poll reported 59% as saying that the unions were defending their vested interests, not protecting social benefits in general. The public has thus shifted against the strikers, and now sees their pension perks as unfair. Such a switch should give Mr Sarkozy the popular support he needs to stick to his guns.
“Hay dos maneras de interpretar el pulso que han echado los sindicatos este otoño. El primero es pensar que hemos vuelto a 1995, cuando cuatro semanas de huelgas semajantes dieron al traste con una reforma de las pensiones similares a la que se presenta ahora, forzando al Gobierno a abandonar todos sus planes al respecto. Los líderes sindicales van a reunirse al principio de la semana que viene para decidir si continúan con la huelga. Para Bernard Thibault, el líder de la Confederación General de Trabajo, con apoyo comunista, el sindicato más importante en el sector ferroviario, que ya participó en la de 1995, es la oportunidad de medirse con Sarkozy, no sólo sobre el régimen de pensiones, si no también sobre el resto de reformas que tendrán lugar en este otoño.
Pero una lectura más plausible nos dice que este es el canto del cisne para el movimiento sindical en Francia. Desde enero del 2008, la ley requerirá servicios mínimos en el transporte público durante las huelgas. La reforma de los regímenes especiales, que cubre a 500.000 trabajadores y a un millón cien mil pensionistas, no ha sido desde luego una sorpresa para nadie. Sarkozy fue elegido en una campaña en la que prometió terminar con esos regímenes en los que se permitía a los trabajadores de los sectores del ferrocarril, la electricidad y el gas retirarse a los 50 años con pensión completa, mientras que el resto de trabajadores del sector público deben esperar a los 60.
Lo más importante, sin duda, es que la opinión pública ha cambiado. En 1995, entre el 54 y el 62% apoyaban a los huelguistas. Hoy más del 55% consideran que el día de huelga no está justificado, según una encuesta de Le Figaro. Esa misma encuesta informa que el 59% piensa que los sindicatos están apoyando sólo sus intereses corporativos y no protegiendo los beneficios sociales en general. El público se ha vuelto contra los huelguistas y ahora considera que sus pretensiones son injustas. Este cambio debería darle a Sarkozy el apoyo popular que necesita para atenerse a sus palabras”.
El blog ExtremeCentre.org dice: El último sindicato comunista del Mundo libre disfruta de sus últimos dos meses antes de que se aplique la nueva ley del servicio mínimo recientemente votada (el 1º de enero del 2008) para preparar su última gran cita con la Historia (mejor al lado de la basura, pero bueno, también hay basura en la Historia) …
Me da que todavía queda otro sindicato que está apoyado por los comunistas: UGT en España.
Fausta and Nuke have posted about the divorce.
About the strike you can read Business Week.com, Yahoo! News, My Way News, IHT and BBC News: French strike action to continue.
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