De Descubre Italia:
Con el fin de conservar la tradición culinaria italiana, el Ayuntamiento de Lucca ha establecido una serie de normas contra la comida étnica. En esta ciudad del norte de Italia no se verán restaurantes étnicos en el centro histórico, según se lee en las normas aprobadas con mayoría en el consistorio el pasado jueves. «Con el fin de salvaguardar la tradición culinaria y la autenticidad arquitectónica, estructural, cultural, histórica y de mobiliario urbano, no se permite la apertura de actividades de restauración de etnias diferentes».De modo que los restaurantes españoles, franceses... y los kebab todos deberán cerrar. No creo que esto arregle nada (más allá de molestar al personal que debe cerrar y obligar a los camareros a "vestir elegante y saber inglés"), además de que si alguno tiene un poco de interés, la medida puede ser considerada contraria a la libertad de mercado porque también puede obligar a italianos a cerrar su restaurante si no están en línea con lo que quiere el ayuntamiento. No creo que esté la situación económica como para permitirse estas aleluyas.
(...) La decisión aprobada por el Ayuntamiento de Lucca va mucho más allá, porque si se lee con detenimiento el texto aprobado por la junta, los restaurantes italianos que se encuentren en la zona tendrán que modificar sus menús, añadiendo en ellos al menos un plato local. Es decir, hay que incluir un plato típico «lucchese» realizado con los productos de la provincia. En esta euforia de lo auténtico, el Ayuntamiento pasa de elegir el menú, a aconsejar también sobre el mobiliario de restaurantes y locales.
En cuanto a lo de "racismo culinario", me parece una expresión absolutamente mema. Pero es como lo han descrito los de la oposición al gobierno de centro-derecha. Y me parece mema porque la raza no implica que se sea haga una comida u otra. Hay chinos a los que les encanta el MacDonald, españoles que odian la tortilla de patatas e italianos que no pueden ver el queso. Pero ya se sabe, "racismo" es una palabra que de tanto usarse va a gastarse y luego los que de verdad lo sean van a negar terminantemente serlo o se reirán porque "buahhhhhhhhhhhh, fíjate a quién más le llamaron racista".
La medida -por si alguno no lo pilla- incluye también a los MacDonalds y otros restaurantes de comida rápida "occidentales".
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