Shérazade

viernes, febrero 13, 2009

Como en la vida misma, hay casos que, cuando blogueas sobre ellos, te marcan para bien o para mal. Os presento hoy a Shérazade, cuyo caso me hizo comprender por qué era necesario hablar contra el Islam:


Esto fue lo que escribí en 2005:
Vivo en Neuilly sur Marne y quiero relatar un hecho dramático que acaba de ocurrir cerca de aquí. En la mañana del domingo a las 9 una joven marroquí Shérazade, de 18 años ha sido quemada viva por dos jóvenes paquistaníes. El solo error que ha cometido ha sido el rechazar los propuestas insistentes de uno de ellos y sus numerosas propuestas de matrimonio que le había hecho. Hoy Shérazade está en un hospital en la unidad de grandes quemados, con su cuerpo y su cara quemadas en un 60 % y se encuentra en un coma artificial para evitarla sufrimientos innecesarios. Ningún periodista está ahí para relatar esta tragedia ahora que están centrados en la violencia de las banlieues.

Lo impresionante del asunto es que sólo ha habido un breve de fecha de 14 de noviembre[2] y una notiia en France 3 région (domingo por la tarde), señalando que era por un "desengaño amoroso" y no un crimen sexista, según el link
La parte señalada en rojo fue lo que me enfadó más. No llevaba mucho tiempo blogueando entonces, pero supe que los blogs eran necesarios para profundizar en esos casos que los periodistas, por las razones, que sean no publican. En este caso, no era sólo porque estuvieran centrados en las violencias de las banlieues, si no simplemente porque no querían echar leña a los múltiples fuegos ya encendidos en ellas, que habían comenzado cuando un coche de policía entró en una zona musulmana persiguiendo a un adolescente chorizo, que al esconderse en un transformador de energía, se electrocutó. Se echó la culpa a la policía pero no sólo del asesinato del chorizo, si no de haber entrado en una zona prohibida por ser musulmana (Dar-al-Islam). Tampoco se mencionaban los gritos de "sucios judíos" o de "Allah Akbar" que chillaban los que provocaban los disturbios ni los vídeos en los que se mostraba cómo hacer cócteles molotov ni cómo disparar cohetes caseros.

Precisamente el post en general iba de la falta de objetividad de The Economist a la hora de tratar la crisis, que se centraba en lo pobres que eran los de las banlieues, obviando que muchos de los niñatos que participaron en los disturbios tenían móviles de última generación y se pasaban los días enganchados al ordenador organizando los disturbios de la siguiente noche. La gente vivía acobardada porque veía que los coches se quemaban, que los vándalos hasta amenazaron con quemar a una paralítica que había en un autobús, porque no era lo suficientemente rápida al salir, y que, mientras la policía poco podía hacer porque hasta los policías antidisturbios eran atacados todas las noches, causándoles heridas de las que la prensa no hablaba porque no era "políticamente correcto".

Entonces, yo era una racista de extrema derecha porque mostraba la realidad de lo que entonces hasta a mí me sorprendía. Y blogueaba con un pseudónimo masculino, blueslord. Pensaba que la gente blogueaba porque quería buscar la verdad -la verdad es que ni siquiera se me había ocurrido que pudiera haber otra causa... una es así... XDDDDDDD-, no por ligar, tener relaciones sociales o satisfacer un ego que de otras maneras estaría muy poco satisfecho.

Y fue en este contexto cuando conocí el caso que os he contado más arriba. Lo cuento porque el juicio sobre esa tremenda respuesta en plan "tu deber es casarte porque yo te lo pido -¿qué tienes que hacer siendo mujer sino casarte?- y engendrar muchos hijos para el Islam", del que después llegué a entender que algún que otro mesías del antijihadismo no está muy lejos, acaba de terminar. Y su agresor ha sido condenado a 20 años de prisión. Aunque tarde, me alegro de que la justicia haya cumplido su función.

Me alegro a pesar de que se siga hablando de que la quemó en el 60% de su cuerpo porque "eran de un barrio pobre"... porque quién quiera saber la verdad, no tiene ningún problema en encontrarla. Y los que no quieran saberla, siempre pueden seguir viviendo engañados.

Antes de comentar, tened en cuenta este post. Gracias.