La Unión Europea (la de los acuerdos con laLiga Árabe para que los musulmanes no estén obligados a integrarse) ya ha señalado que es necesario actuar contra el racismo que se tiene en muchos estados contra los musulmanes (pero el Islam ¿no es una religión? Si uno se convierte el Islam ¿se hace de una raza superior de forma que no se les puede criticar? viva la igualdad, sí señor...). Así que los autores del estudio recomiendan que se implementen las leyes de anti-discriminación.
En los estados en los que éstas están vigentes (Noruega), los que critican a la religión musulmana deben aportar prueba de su inocencia, incluyendo cuando se refieren a cuestiones que tienen que ver con la libertad de expresión, produciéndose un vergonzoso desplazamiento de la carga de la prueba, simplemente por decir lo que uno piensa. Y lo que es peor se acusa a los que criticamos el Islam de algo parecido al antisemitismo. Irónico sobre todo viniendo de una institución que se ha caracterizado por su apoyo a la postura palestina en el conflicto palestino-israelí y que ha reiteradamente abogado por Yaser Arafat, que ha clamado en varias ocasiones por la Jihad, que incluso han sido televisados por al Televisión Palestina, que está financiada por la Unión Europea por cierto.
Contrasta esta actitud con la del anterior Arzobispo de Canterbury que ha dicho textualmente "la ridiculización es buena para los creyentes, porque no podemos crear una sociedad en la que ciertas cosas no se cuenten".
Y los políticos tan contentos.
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