Otras noticias poco favorables a la entrada en la UE de Turquía:
Numerosas organizaciones humanitarias, especializadas en la defensa de los derechos humanos, han decidido convertir el caso del escritor turco Orhan Pamuk en un test para Turquía y Europa: su condena o absolución de presuntos delitos de “insultos deliberados contra la identidad turca” la semana que viene será un indicador precioso para el futuro de las negociaciones de Ankara y la UE y el incierto destino de la Alianza de Civilizaciones.
Pamuk es acusado por las autoridades turcas de haber declarado a un diario suizo que 30.000 kurdos y un millón de armenios fueron asesinados en Turquía, “y nadie se atreve a hablar de ellos”. Corre el riesgo de seis meses a cuatro años de cárcel. El ingreso de Ankara en la UE está hipotecado, parcialmente, a la percepción europea de tales problemas.
Escritor célebre, premiado este mismo otoño por los libreros alemanes, traducido profusamente al inglés, al francés, al italiano, al alemán, al español, Pamuk plantea con cierta crudeza varios problemas cruciales: la memoria histórica turca, el destino del pueblo kurdo, el terrorismo y su combate, y la libertad del intelectual ante tales problemas en un país que es el único aliado oficial de España en el lanzamiento y defensa de la Alianza de Civilizaciones.
A juicio de Holly Cartner, director para Europa y Asia central de Human Rigths Watch, el proceso contra Pamuk debe enviar al resto del mundo señales claras: su absolución daría la imagen de una Turquía moderna, que comienza a liberarse de sus demonios; su condena pondría en peligro las complejísimas e imprevisibles negociaciones de un posible ingreso en la UE.
Por su parte, hace días, cuando ya se conocía la fecha del juicio, el próximo día 16, el viernes de la semana que viene, Pamuk insistía en la necesidad del ingreso turco en la UE, como factor de modernización, estabilidad y progreso, y lo hacía por estas razones: “Hace un año, cerca del 80 % de los turcos era favorable al ingreso de Turquía en la Unión. Esa cifra ha caído a un 65 %. Se trata de un país que llama a las puertas de Europa y dice: “¿Me dejáis compartir vuestra civilización?”. Y ¿qué se le responde?: “No sabemos qué hacer. Vamos a reflexionar”. Europa promete sin cumplir sus promesas y siempre pide más. Todo eso no está bien visto en Turquía. Se trata de pan bendito para los nacionalistas, y para todos aquellos que se resisten a Europa, los viejos burócratas, los militares y los ultraislamistas”.
Dimensiones políticas y culturales del caso Pamuk: España, Turquía, Orhan Pamuk, la Alianza de civilizaciones y la lucha contra el Terror.
La segunda noticia de hoy sobre Turquía la da Reuters:
La cuestion ha producido una honda desconfianza entre el partido AKP (partido de la Justicia y el Desarrollo) de Tayyip Erdogan y los seculristas qeu todavía dominan el "establishment" judicial, de medios de comunicación, académico y el poderoso ejército turco.
El gobierno ha señalado las líneas generales y las ha enviado a los consejos locales y los que están regidos por el AKP han comenzado a prohibir el cosnumo de alcohol en los restaurantes y cafés que mantienen, aunque Erdogan dice que los turcos pueden seguir bebiendo en los establecimientos de propiedad privada.
El debate sobre si se debe restringir el alcohol y cuándo debe hacerse se ha extendido ahora a los lugares de vacaciones como Antalya y Kusadasi.
"No hay nada parecido a una prohibición... Somos un gobierno en favor de la libertad, no de las restricciones," dijo el Ministro del Interior Abdulkadir Aksu en unas declaraciones televisadas.
Los del negocio de la restauración están preocupados: el año pasado Turquía recibió 20 millones de turistas.