El Legado de la Jihad en la Palestina Histórica (parte I)

jueves, diciembre 08, 2005

(Este artículo es una traducción de este, aparecido en "The American Thinker").

La jihad violenta contra los infieles es la norma, no la excepción en la historia islámica. Una vez que ha triunfado la jihad tiende a la imposición de una opresión humillante, degradante, violenta y cara bajo la dhimmitude, la imposición isntitucionalizada de un status inferior a todos los que no quieren abandonar su fe y adoptar el Islam. Entre ellas las peores víctimas de la jihad y de la dhmmitude fueron los Cristianos y los Judíos de la Palestina histórica.

En la polémica ridícula de Edward Said, The Question of Palestine, se señala la siguiente observación por el Dr. A. Carlebach publicado en Ma’ariv (7/10/1955):

El peligro proviene de la concepción totalitaria del mundo que tiene el musulmán... La ocupación por la fuerza de las armas, a los ojos del Islam, no está desde luego asociada con la injusticia. Al contrario, constituye un certificado y demostración de auténtica propiedad[1].

Said cita a Carlebach con bastante y evidente burla, revelando su olvido patente respecto a la fea realidad de la jihad, a la imposición resultante de la dhimmitude, y su legado brutal en la Palestina histórica y en el Oriente Medio.

Como señala Jacques Ellul, la jihad es una institución intrínseca al Islam y NO un hecho aislado o un conjunto de hechos aislados.

...es una parte normal del funcionamiento del Mundo musulmán... Las poblaciones conquistadas cambian su estatus (se convierten en dhimmis), y la sharia se pone en vigor en su integridad, sustituyendo a las leyes tradicionales del país. Los territorios conquistados no sólo cambian de "dueños"
[2].

La forma esencial de la jihad fue recogida en las recomendaciones de Unar b. al-Khattab al comandante de las tropas que mandó a Basora (636 C.E.), durante la conquista de Iraq, según el gran historiador musulman Al-Tabari:

Llama a la gente de Dios, a los que respondan a tu llamada, acéptalos
(o sea, acepta su conversión como genuina y absténte de luchar contra ellos); pero los que se nieguen deberán pagar el impuesto en señal de humillación y humildad (Corán 9:29). Si se niegan, (su destino) es la espada sin indulgencia. Teme a Dios considerando lo que se te ha encargado.

La jihad continuó siglo tras siglo, porque jihad, que significa "esforzarse [en] el camino de Allah", lleva consigo una ideología y una jurisdicción. Ambas fueron concebidas por los juristas y los teólogos musulmanes de los siglos VIII y IX y en adelante, basándose en los versos coránicos y en largos capítulos de las Tradiciones (por ejemplo, los hadiths, recopilaciones de los actos y dichos del Profeta Mahoma, especialmente los contados por al-Bukhari [muerto en 869] y Muslim [muerto en 874] ). [4]

Ibn Khaldun (muerto en 1406), jurista (Maliki), filósofo conocido, historiador y sociológo resumió estas opiniones comunes derivadas de 5 siglos de jusrisprudencia musulmanrespecto a la institución únicamente islámica de la la Jihad:

En la Comunidad musulmana, la guerra santa es un deber religioso..., por el universalismo de la misión [musulmana] y la obligación de convertir a todos al Islam bien por la fuerza o por la persuasión… Los otros grupos religiosos no tienen una nisión universal y la guerra santa no es para ellos un deber religioso, excepto como defensa... El Islam está en la obligación de ganar poder sobre otras naciones. [5]

Incluso, Al-Ghazali (muerto en 1111), el famoso teólogo, filósofo y ejemplo del misticismo sufí (quien era considerado como el mejor musulmán después de Mahoma, según señala W.Montgomery Watt [6]), escribió lo siguiente sobre la jihad:

... debemos ir a la jihad (por ejemplo, en forma semejante a la guerra, razzias o incursiones) por lo menos una vez al año... uno puede catapultarse contra ellos [los no-musulmanes] cuando están en fortalezas, incluso si entre ellos hay mujeres y niños. Puede prenderlos fuego o ahogarlos. Si una persona de los Ahl al-Kitab [las gentes del libro -tipicamente los judíos y los cristianos] fuera esclavizada, su matrimonio querdará de inmediato revocado... Uno puede cortar sus árboles... Uno puede destruir sus libros inútiles... Los jihadistas pueden tomar tanto botín como quieran... pueden robar tanta comida como puedan necesitar… [7]

En el momento en que murió el clásico historiador musulmán Al-Tabari en 923, las guerras por la jihad habían extendido el imperio musulmán desde Portugal hasta la India. Las siguientes conquistas habían continuado por Asia así como por Europa del Este. Los reinos cristianos de Armenia, Bizancio, Bulgaria, Serbia, Bosnia, Herzegovina, Croacia, y Albania, así como partes de Polonia y Hungría, también fueron conquistadas e islamizadas.

Los invasores árabo-musulmanes también se entretuvieron en continuas incursiones de la jihad que causaron estragos y esclavizaron a las poblaciones animistas del Sur del Sáhara, extendiéndose al sur de Sudán. Cuando los ejércitos musulmanes se plantaron en las puertas de Viena en 1683, ya había transcurrido más de un milenio de jihad. Estos éxitos militares tremendos dieron lugar a un triunfalista literatura del jihad. Los historiadores musulmanes cuentan con detalle el número de infieles asesinados, esclavizados o deportados, las ciudades o pueblos que fueron sometidos al pillaje, y robados sus tierras, tesoros y bienes muebles. Tanto las fuentes cristianas (coptas, armenias, jacobitas, griegas, eslavas, etc) así como las hebreas, e incluso los escasos escritos hindúes y budistas que sobrevivieron a los estragos de las conquistas musulmanas, validan indenpendientemente estas narraciones y complementan la perspectiva musulmana, mostrando testimonios del sufrimiento de los no-musulmanes víctimas de las guerras de la jihad. [8]

En las Leyes del Gobierno Musulmán, al-Mawardi (muerto en 1058), un jurista renovado de Bagdad, examinño las normas que se referían a las tierras y a los infieles (esto es, los no-musulmanes) como pobalciones subyugadas por la jihad. Este es el origen del sistema de la dhimmitud. Las poblaciones nativas infieles, debían reconocer la propiedad islámica de la tierra, someterse a la ley islámica y aceptar el pago de la tasa jizya.

Señala que "El enemigo paga un impuesto a cambio de paz y reconciliación". Al- Mawardi distingue dos casos: (I) Cuando el pago se hace inmediatamente y es considerado botín "entonces, no impide que se vuelva a hacer la jihad contra ellos en el futuro". (II). El Pago se hace "anualmente y constituye un tributo normal por el que se establece su seguridad”.

La reconciliación y la seguridad duran mientras el pago se haga. Si el pago cesa, la jihad vomienza otra vez. Un tratado de reconciliación puede ser renovale pero no puede exceder de 10 años. [9]

Una importante muestra de las humillantes condiciones a las que eran sometidos los no-musulmanes en el pago de la jizya lo tenemos gracias a lo que contó un judío italiano en 1894, sobre Marruecos:

El caid Uwida y el caid Mawlay Mustafa montaron su tienda hoy cerca de la puerta de la Mellah [ghetto judío] gate y llamaron a los judíos para que pagasen la jizya, que están obligados a pagar al Sultán. Me llamaron a mí también. Pregunté primero si los que estaban bajo la protección europea también debían pagarlo. Siendo informado que muchos de ellos, lo habían pagado ya, quise hacer lo mismo. Después de haber pagado impuesto que correspondía a dos oficiales, recibí del guardia del kaid dos golpes en la nuca. Me dirigí al caid, y el caid dijo que sabía que yo era un sujeto italiano protegido. Y a sus guardias les dijo "quitarle el kerchief que cubre su cabeza y dar fuerte; después puede ir y quejarse donde quiera". Los guardias obedecieron de forma desagradable y me pegaron otra vez aún más violentamente. Este mal trato público a un sujeto protegido por Europa demuestra que los árabes pueden con impunidad, maltratar a los judíos". [10]

El "contrato de la jizya”, o “dhimma” llevaba consigo otras obligaciones recomendadas y obligatorias por la gente no-musulmana “dhimmi”. Colectivamente, estas obligaciones formaron el sistema discriminatorio de la dhimmitud impuesto a los no musulmanes -judíos, cristianos, zoroastristas, hindús y budistas- subyugados por la jihad. Algunas de las más importantes características de la dhimmitud incluyen: prohibición de posesión de armas para los no-musumanes vencidos y de campanas en las iglesias; restricciones que se refieren tanto a la cosntrucción y a la rehabilitación de iglesias, sinagogas y templos; desigualdad entre los musulmanes y los no-musulmanes acerca de los impuestos y la ley penal; el rechazo al testimonio de los dhimmies en los juicios musulmanes; la obligación de que lso judíos, cristianos, y otros no-musulmanes, incluyendo a los zoroastristas y a los hinduístas, se vistan de especial manera; y otras formas de humillación y sometimiento de los no-musulmanes. [11]

Es importante destacar que todas estas regulaciones y actitudes fueron isntitucionalizadas como características permanentes de la Ley Sagrada Islámcia, la Sharia. Otra vez, los escritos del teólog sufí y jurista al-Ghazali nos muestran cómo la institución de la dhimmitude era simplemente una norma, aunque importante, de la Sharia:

... el dhimmi tiene prohibido mencionar a Allá o a su Apóstol.. . Los judíos, cristianos, y majiares deben pagar the jizya ... al ofrecer la jizya, el dhimmi debe inclinar su cabeza mientras el oficial le coge de la barba y le pega en el hueso saliente de su oído... No tienen permitido mostrar ostentosamente su vino y las campanas de sus iglesias…sus casas no deben ser más altas que las de los musulmanes, no importando lo bajo que esta pueda ser. El dhimmi no puede montar un caballo elegante o una mula; puede montar un burro pero sólo si la silla es de madera. Nopuede andar por la parte buena de la calle. Ellos [los dhimmis] deben llevar un sello [identificativo] [en su ropa], incluso las mujeres y los niños, e incluso en los baños públicos…[dhimmis] deben contener su lengua. [12]

La Gran Jihad y la Conquista musulmana de Palestina:

El mes de Septiembre de 622 d.C. marca un momento definitivo para el Islam -la hégira. Hamohoma y su corte de seguidores (los Muhajirun), perseguidos por los compañeros de tribu de los Banu Quraysh que habian rechazado a Mahoma como mensajero divino, huyeron de la Meca a Yathrib, después conocido como Al-Medina (Medina). Las fuentes musulmanes describen Yathrib como una ciudad judía fundada por una población de la diáspora judía que habái sobrevivido a la revuelta contra los romanos. Distinta respecto del resto de las tribus árabes nómadas, los judíos del norte de la península árabe eran altamente productivos como horticultores de los oasis. Estos judíos se reunían a veces con tribus itinerantes de árabes del sur de Arabia que se situaban al lado de ellos y pasaban a tener una existencia sedentaria. [13]

Siguiendo la llegada de Mahoma, reordenó a la soceidad de Medina, imponiendo eventualmente su autoridad en cada tribu. Las tribus judías estaban aisladas, algunas fueron expulsadas, y las que quedaron fueron atacadas y exterminadas. Mahoma distribuyó entre sus saguidores como botín, las plantaciones, los campos y las casas como botín e incluso usó este botín para establecer cuerpos de jihadistas bien equipados. [14] Las siguientes relaciones de Mahoma con los cristianos del norte de Arabia siguieron un camino diferente, según señalada por Richard Bell. La "relación con los Cristianos terminó igual que con los judíos: en guerra”, porque el Islam como presentado por Mahoma como la verdad divina, y si los cristianos no aceptaban esta formulación, que incluía la autoridad de Mahoma, "el conflicto era inevitable y no podía haber habido paz real mientras él (Mahoma) vivió.” [15]

En los dos años siguientes a la muerte de Mahoma, Abu Bakr, el primer Califa, inició la Gran JIhad. Las siguientes tres décadas fueron testigos de la expansión espectacular del Islam, mientras los ejércitos musulmanes subyugaban la península arábiga y conquistaban los territorios que habían estado bajo posesión Greco-Romana desde el reinado de Alejandro Magno. [16]

Gil, en su análisis, monumental de la Historia de Palestina, 634-1099, señala el lugar central qeu ocupaba Palestina, en la mente de los habitantes judíos pre-islámicos que la llamaban “al-Sham”. Como observa Gil, la población judía de Palestina (que formaba la mayoría de la población, si se els unía a los Samaritanos) en el comienzo de la conquista árabo-musulmana eran "los descendientes directos de las generaciones de judíos que habían vivido ahí desde laos días de Joshua bin Nun, en otras palabras por alrededor de 2.000 años…” [17] Los judíos y los cristianos que hablaban arameo habitaban las ciudades y cultivaban las regiones del interior, sin ninguna relación salvo esporádicamente con los beduinos de los desiertos, a los que se consideraba como belicosos y amenazadores como así queda atestiguado tanto en los escritos de los Primeros Padres de la Iglesia y en las fuentes talmúdicas. [18]

Lo siguiente es un resumen de las consecuencias devastadoras de la conquista árabo-musulmana en Palestina durante la 4ª década del siglo VII, dirigida por los dos primeros Califas, Abu Bakr and Umar b. al-Khattab [es de notar la hagiografía del último que realizó Pervez Musharaff, en un discurso reciente en la Ciudad de Nueva York].

La región de Gaza fue enteramente saqueada y devastada en la campaña del 634 hasta Cesarea, incluyendo la matanza de 4.000 campesinos judíos, cristianos y samaritanos. Las ciudades del Negueb también fueron sometidas al pillaje, y ciudades como Jerusalén, Gaza, Jaffa, Cesarea, Beth Shean fueron abandonadas. En el sermón del Día de la Epifanía del 636, Sofronio, el Patriarca de Jerusalén, habla de la destrucción de iglesias y monasterios, de ciudades saqueadas y de tierras que habían sido convertidas en desecho por los invasores. Miles de personas perecieron en 639, víctimas del hambre y de la plaga que trajo toda esta destrucción.

El historiador musulmán Baladhuri (d. 892 C.E.), mantenía que 30,000 samaritanos y 20.000 judíos vivían en Cesarea sólo justo antes de la conquista árabo-musulmana; después, todo indicio de ellos desaparece. Los datos arqueológicos confirman la definitiva destrucción producida por estas conquistas iniciales de la jihad, particularmente la destrucción sistemática de sinagogas e iglesias de la Era Bizantina, cuyos restos todavái están siendo desenterrados. El número total de ciudades se redujo de 58 a 17 en las colinas de la tierra roja y en los pantanos de los valles costeros del Oeste (i.e., the Sharon).

La masiva erosión del terreno de las laderas de las montañas del Oeste de Judea también se debe al arrancado de plantaciones agrícoles de este época. Finalmente, la redacción de los papiros de Nessana fue abandonada el año 700, reflejando que los Neguev también experimentaron la destrucción de la agricultura y el abandono de sus ciudades.[19]

Dhimmitud en Palestina durante el período inicial de Gobierno musulmán:

La persecución dramática, dirigida especialmente contra los cristianos, incluía ejecuciones por rechazar apostatar y convertirse al Islam durante las dos primeras décaddas del siglo VIII, bajo los reinados de Abd al- Malik, su hijo Soleimán, and Umar b. Abd al-Aziz. Las fuentes georgianas, griegas, sirias y armenias relatan ejecuciones tanto de importantes figuras cristianas como de grupos de cristinaos (por ej., 63 de 70 peregrinos cristianos de Iconium en el Asia Menor fueron ejecutados por el gobernador árabe, excluyendo a los 7 que apostataron y se convirtieron al Islam y 60 peregrinos cristianos de Amorion fueron cricificados en Jerusalén).

Bajo el gobierno de los primeros Abásidas (aproximadamente entre los años 750 y 755 d.C, probablemente bajo el reinado de [Abul Abbas Abdullah] al-Saffah) las fuentes griegas señalan que se obligó a quitar las cruces que había encima de las Iglesias, se prohibieron los servicios religiosos y la enseñanza de las Escrituras, se desahució a los monjes de los monasterios y se establecieron impuestos excesivos. [20] Gil ñala qeu en 772 d.C., cuando el Califa al-Mansur visitó Jerusalén,

..ordenó que una marca especial debía ser estampada en las manos de los cristianos y de los judíos. Muchos Cristianos huyeron a Bizancio. [21]

Bat Y e’ or se refiere a la opresión fiscal inherente al siglo VIII que desvastó Palestina u especialmente a la comunidad de campesinos judíos y cristianos:

Con unos impuestos excesivos y torturados por los recaudadores de impuestos, los habitantes de las ciudades huyeron a esconderse o emigraron a las ciudades. [22]

Cita de la crónica de un monje del siglo VIII, completada en 774:

Los hombres se dispersaron y se convirtieron en vagabundos que vagaban por todos los sitios; las tierras se dejaron sin labrar, el campo fue sometido al pillaje; la gente iba de un sitio a otro. [23]

El cronista griego Teófanes prevee una descripción contemporánea a los caóticos hechos que se produjeron después de la muerte del califa Harun al-Rashid en 809 d.C. Describe Palestina como una escena de violencia, violaciones y muerte, de la que huían los mojes cristianos a Chipre y Constantinopla. [24]

Quizás la manifestación más importante de inferioridad y humillación de los dhimmis consistía en las prohibiciones relativas a los códigos de vestir y las demandas de que pusieran signos en las entradas de sus casas. Durante el califato abásida de Harun al-Rashid (786-809) y al-Mutawwakil (847-861), los judíos y los cristianos eran obligados a llevar cosas amarillas (bien pegadas a sus vestidos o sombreros). Después, para diferenciarlos todavía más, los cristianos fueron obligados a vestirse de azul. En el año 850, que estaba asociado en ciertos versos coránicos con Satán y el Infierno, al-Mutawwakil decretó que los judíos y los cristianos debían poner imágenes del demonio en las puertas de sus casas para distinguirlas de las de los musulmanes. [25]

Las fuentes musulmanas y no musulmanas establecen que durante los primeros años del siglo XI en el reinado de al-Hakim, los asaltos religiosos y la hostilidad se intensificó, tanto para los judíos como para los cristianos. La destrucción de Iglesias en el Santo Sepulcro [1009 C.E.] fue seguida por una campaña a gran escala de destrucción de Iglesias (incluyendo al Iglesia de la Resurrección de Jerusalén y otras Iglesias en el reino fatimida), y otros actos brutales de opresión contra la población dhimmi, como conversión obligatoria al Islam o la expulsión.

Los edictos discriminatorios de al-Hakim impuestos a a los dhimmies desde agosto 1011 d.C, incluían órdenes de llevar un turbante negro, una cruz de 18 pulgadas, para los cristianas o un bloque de 5 libras de madera para los Judíos alrededor de sus cuellos; y marcas que les diferenciaban en las casa de baño. Por último, al-Hakim decidió que había que construir casas de baño separadas para uso de los dhimmis. [26] Durante la primera mitad del siglo XI, los judíos, particularmente, siguieron sufriendo de operesión tanto económica como física, según Gil. [27]

El gobierno musulmán turco de Palestina durante cerca de 3 décadas justo antes de las Cruzadas (1071- 1099 d.C.) estuvo caracterizado por tal actividad guerrera y devastación, que se engendró una atmósfera de un inminente "Final de los Días". [28] Un poema contemporáneo de Solomon ha-Kohen b. Joseph, que se cree era un descendiente de los Geonim, una familia ilustre de Judíaos palestinos de ascendencia sacerdontal, habla de destrucción y ruina, de la quema de cosechas, la destrucción de plantaciones, la desecración de cementerios, y actos de violencia, asesinato y saqueo. [29]

La naturaleza brutal de la conquista Cruzada de Palestina, particularmente en grandes ciudades, desde 1098/99 d.C., ha sido copiosamente documentada. [30] Ahora bien, la devastación que llevaron a cabo los Cruzados en su coquista y gobierno (durante las últimas décads del siglo XIII) no puede decirse razonablemente que se acerque, todavía menos que haya "excedido", lo que ´se produjo durante los primeros 4 siglos y medio de conquistas musulmanas de la jihad, luchas intestinas sin término por el dominio musulmán y la imposición de la dhimmitud.

Además, no podemos ignorar el testimonio de Isaac b. Samuel of Acre (1270-1350 d.C), uno de los más importantes kabalistas de su tiempo. Hablando sobre la teología islámica y normalmente usando el árabe en sus exégesis, Isaac creía que era preferible, sin ninguna duda, vivir bajo el yugo de la Cristiandad que bajo el del Islam. Acre fue tomada a los Cruzados por los Mamelocos en 1291 en una conquista jihadista muy brutal en 1291. Consecuentemente, a pesar del precepto de permanecer en Tierra Santa, Isaac b. Samuel se escapó a Italia y de ahí a la España Cristiana, donde escribió:

...ellos [los musulmanes] dan en la cabeza a los hijos de Israel que permanecen en sus tierras y por tanto les extorsionan, quitándoles el dinero por fuerza. Por lo que dicen en su lengua, ...’es legal quitarles el dinero a los judíos.’ Porque a los ojos de los musulmanes, los hijos de Israel pueden ser sujetos de abuso como un campo sin protección. Incluso en su ley y estatutos señalan que el testimonio de un musulmán siempre debe ser creído frente al de un judío. POr esta razón nuestros rabinos de sagrada memoria han dicho "mejor bajo el yugo de Edom (Cristiandad) qie el de Ismael (Islam). [31]

[1] Edward Said. The Question of Palestine. New York: Vintage Books, 1980, pp. 89-90. [2] Jacques Ellul. Foreward to Les Chretientes d’Orient entre Jihad et Dhimmitude. VIIe – XXe siecle, 1991. Pp. 18-19. [3] Al-Tabari, The History of al-Tabari (Ta’rikh al rusul wa’l-muluk), vol. 12, The Battle of Qadissiyah and the Conquest of Syria and Palestine, translated by Yohanan Friedman, (Albany, NY.: State University of New York Press, 1992), p. 167. [4] The Noble Qur’an; Translation of Sahih Bukhari; Translation of Sahih Muslim [5] Ibn Khaldun, The Muqudimmah. An Introduction to History, Translated by Franz Rosenthal. (New York, NY.: Pantheon, 1958, vol. 1), p. 473. [6] Watt, W.M. [Translator]. The Faith and Practice of Al-Ghazali, Oxford, England, 1953, p. 13. [7] Al-Ghazali (d. 1111). Kitab al-Wagiz fi fiqh madhab al-imam al-Safi’i, Beirut, 1979, pp. 186, 190-91; 199-200; 202-203. English translation by Dr. Michael Schub in Andrew G. Bostom, editor, The Legacy of Jihad-Islamic Holy War and the Fate of Non-Muslims, Amherst, NY, Prometheus Books, 2005, p. 199.[8] Bostom, The Legacy of Jihad, especially pp. 24-124, 368-681.[9] Bostom, The Legacy of Jihad, pp. 190-95.[10] Cited in, Bostom, The Legacy of Jihad, p.31.[11] Bostom, The Legacy of Jihad, pp. 29-37.[12] Bostom, The Legacy of Jihad, p. 199.[13] Moshe Gil, A History of Palestine, 634-1099, translated by Ethel Broido, Cambridge and New York, 1992, p. 11. [14] Gil, A History of Palestine,p.11.[15] Richard Bell, The Origin of Islam in its Christian Environment, London, 1926, Pp. 134-135; 151; 159-161. [16] Demetrios Constantelos, “Greek Christian and Other Accounts of the Moslem Conquests of the Near East”, in Christian Hellenism : Essays and Studies in Continuity and Change, New Rochelle, N.Y., A.D. Caratzas, 1998, pp. 125-26.[17] Gil, A History of Palestine, 634-1099, p. 2. [18] Gil, A History of Palestine, 634-1099, pp. 15, 20; Constantelos, “Greek Christian and Other Accounts of the Moslem Conquests of the Near East”, pp. 126-130.[19] Bat Ye’or, The Decline of Eastern Christianity Under Islam, p. 44.; Bat Ye’or, “Islam and the Dhimmis”, The Jerusalem Quarterly, 1987, Vol. 42, p. 85. Moshe Gil, A History of Palestine, 634-1099, pp. 61, 169-170; Naphtali Lewis, “New Light on the Negev in Ancient Times”, Palestine Exploration Quarterly, 1948, vol. 80, pp. 116-117; Constantelos, “Greek Christian and Other Accounts of the Moslem Conquests of the Near East”, pp. 127-28; Al-Baladhuri The Origins of the Islamic State (Kitah Futuh al-Buldan), translated by Philip K. Hitti, London, Longman, Greens, and Company, 1916, p. 217. [20] Gil, A History of Palestine, 634-1099, pp. 471-474; Constantelos, “Greek Christian and Other Accounts of the Moslem Conquests of the Near East, p. 135.[21] Moshe Gil, A History of Palestine, 634-1099, p. 474. [22] Bat Ye’or, The Decline of Eastern Christianity Under Islam, p. 74.[23] Chronique de Denys de Tell-Mahre, translated from the Syriac by Jean-Baptiste Chabot (Paris, 1895), part 4, p. 112. English translation in: Bat Ye’or, The Decline of Eastern Christianity Under Islam, p. 74.[24] Moshe Gil, A History of Palestine, 634-1099, pp. 474-75. [25] Moshe Gil, A History of Palestine, 634-1099, p.159; Q16:63- “By God, We (also) sent (Our apostles) to peoples before thee; but Satan made, (to the wicked) their own acts seem alluring: he is also their patron today, but they shall have a most grievous penalty”; Q5:72-“They do blaspheme who say: ‘Allah is Christ the son of Mary.’ But said Christ: ‘O Children of Israel! worship Allah, my Lord and your Lord.’ Whoever joins other gods with Allah,- Allah will forbid him the garden, and the Fire will be his abode. There will for the wrong-doers be no one to help.” Q58:19- “The devil hath engrossed them and so hath caused them to forget remembrance of Allah. They are the devil’s party. Lo! is it not the devil’s party who will be the losers?”; Bat Ye’or, The Decline of Eastern Christianity Under Islam, p. 84. [26] Moshe Gil, A History of Palestine, 634-1099, pp. 371-379. [27] Moshe Gil, “Dhimmi Donations and Foundations for Jerusalem (638-1099)”, Journal of the Economic and Social History of the Orient, Vol. 37, 1984, pp. 166-167. [28] Moshe Gil, A History of Palestine, 634-1099, pp. 412-416. [29] Julius Greenstone, in his essay, “The Turcoman Defeat at Cairo” The American Journal of Semitic Languages and Literatures, Vol. 22, 1906, pp. 144-175, provides a translation of this poem [excerpted, pp. 164-165] by Solomon ha-Kohen b. Joseph [believed to be a descendant of the Geonim, an illustrious family of Palestinian Jews of priestly descent], which includes the poet’s recollection of the previous Turcoman conquest of Jerusalem during the eighth decade of the 11th century. Greenstone comments [p. 152], “As appears from the poem, the conquest of Jerusalem by Atsiz was very sorely felt by the Jews. The author dwell at great length on the cruelties perpetrated against the inhabitants of the city…” [30] For example, Steven Runciman, A History of the Crusades- Vol. 1- The First Crusade and the Foundation of the Kingdom of Jerusalem, Cambridge, 1951, Pp. 286-87; Moshe Gil, A History of Palestine, 634-1099, p. 827 notes, “The Christians violated their promise to the inhabitants that they would be left alive, and slaughtered some 20,000 to 30,000 people, a number which may be an exaggeration…”[31] Isaac b. Samuel of Acre. Osar Hayyim (Treasure Store of Life) (Hebrew). Ms. Gunzburg 775 fol. 27b. Lenin State Library, Moscow. [English translation in, Bat Ye’or, The Dhimmi: Jews and Christians Under Islam, Pp. 352-54.

Por Andrew Bostom

Dr. Bostom es Profesor Asociado de Medicina y autor del libro recientemente publicado The Legacy of Jihad, en Prometheus Books.