La victoria de los "Hermanos Musulmanes" en Egipto

sábado, diciembre 10, 2005

En primer lugar, es muy interesante el artículo titulado "La careta de los Hermanos Musulmanes" que dice lo siguiente:

LUIS DE VEGA. ENVIADO ESPECIAL

EL CAIRO. Al premio Nobel de Literatura Nagib Mahfuz lo intentó pasar a cuchillo un islamista en 1994. Desde entonces, su casa de El Cairo está permanentemente vigilada por la Policía egipcia. Una década después, el escritor, que mañana cumplirá 93 años de edad, piensa que sería conveniente que los Hermanos Musulmanes «se acostumbren al juego político». «Es mejor tener a los religiosos en el Parlamento que en la clandestinidad. La exclusión alimenta el fanatismo», escribe en su columna semanal del semanario en lengua inglesa Al-Ahram (Las Pirámides). Así, «tendrán que mostrar en público sus políticas y sus puntos de vista serán sujetos de debate», precisa el novelista.

Mahfuz toca el asunto más sensible que abordan estos días los egipcios, que acaban de celebrar elecciones legislativas y cuyo Parlamento va a contar, por primera vez, con casi un veinte por ciento de representantes islamistas a pesar de que oficialmente no cuentan con el respaldo de ningún partido político.

Los Hermanos Musulmanes se han hecho con 88 de los 454 escaños después de haber presentado sólo 160 candidaturas. El oficialista Partido Nacional Democrático (PND), con 336 asientos, sigue sosteniendo de manera firme la sartén del poder, pero nunca había tenido enfrente una oposición de tal calibre.

Las migajas

Los partidos laicos, por su parte, entre los que se encuentran algunas de las históricas formaciones políticas, y los independientes han recogido las migajas y sólo tendrán 18 representantes en la Cámara.

Vistos estos resultados, los analistas políticos se refieren con frecuencia a que el sistema está en crisis. El PND arrasa pese a las constantes acusaciones de corrupción y frente a él sólo destaca la Hermandad, que debe presentar a sus hombres como independientes porque, aunque tolerados, están ilegalizados desde hace medio siglo (1954) . «Este Parlamento no representa la realidad del país», comenta a ABC Diaa Rashwan, del Centro de Estudios Estratégicos Al-Ahram.

«Los islamistas están demostrando que quieren entrar en el juego democrático, pero tienen que aclarar qué piensan acerca de determinadas cuestiones como los derechos de las mujeres o los (cristianos) coptos», que representan un diez por ciento de la población, añade Rashwan. Quizá son este tipo de cuestiones las que muchos, como Mahfuz, tienen en mente y sobre las que quieren ver pronunciarse alto y claro a los islamistas. Y si es en la tribuna parlamentaria, mejor.

Mensajes conciliadores

Los Hermanos Musulmanes saben que tienen por delante un largo camino para lavar su imagen, y llevan meses lanzando a los cuatro vientos mensajes conciliadores. Pero muchos ciudadanos creen que esto no es más que una careta que oculta su verdadero rostro mientras dure la carrera hacia el poder. Además, ellos mismos no ocultan que son una fuerza confesional, lo que sigue siendo visto con miedo por una parte importante de los egipcios a pesar de todo el apoyo popular con el que han contado.

«Yo estoy contra su política. No sólo en lo que respecta a las mujeres», explica la escritora de izquierdas Nawal Saadawi en declaraciones a Afp. «Su política no es más que una táctica para llegar al poder». El tiempo y las próximas elecciones lo dirán.


Y tienen razón en no confiar en ellos porque el Proyecto de los Hermanos Musulmanes dista mucho de ese aura conciliadora que se hace ver en los medios occidentales:

Punto de Partida 5: Para establecer un Estado Islámico: esfuerzos paralelos y progresivos con el objetivo de controlar los centros locales de poder a través de la acción institucional.

Punto de Partida 6: Trabajar lealmente con grupos islámicos e instituciones en muchas áreas para ponernos de acuerdo en las cuestiones comunes, para "cooperar en aquellos puntos de acuerdo y determinar aquellos en los que estamos en desacuerdo".

Punto de partida 7: Aceptar el principio de cooperación temporal entre los movimientos islámicos y nacionalistas en la esfera amplia y en los puntos comunes como la lucha contra el colonialismo, la prédica y el Estado Judío, sin tener que formar alianzas Esto requierirá, por otro lado, contactos limitados entre ciertos líderes, según los casos, y por el tiempo que sea necesario paracada contacto mientras que no violen la ley (¿sharia?). De todas maneras, no debemos aliarnos con ellos o confiar en ellos, considerando que el movimiento islámico debe ser el origen de las iniciativas u las orientaciones que se tomen.

Punto de Partida 8: Para dominar el arte de lo posible en el aspecto temporal sin abusar de los principios básicos, debiendo siempre considerar que siempre se han de aplicar las enseñanzas de Allah. Se debe ordenar lo que está bien y prohibir lo que no lo está, siempre dando una opinión fundada [? "Il faut ordonner le convenable et interdire le blâmable, tout en donnant un avis documenté"]. Pero no debemos buscar la confrontación con nuestros adversarios, ya sea en lo local o a escala global, lo que sería desproporcionado y podría ocasionar ataques contra el dawa o sus discípulos.


Punto de Partida 9: Construir una fuerza permanente de la dawa islámica y apoyar a los movimientos comprometidos con la jihad en todo el mundo islámico, en grados diferentes y en cuanto sea posible.

[...]

Punto de Partida 11: Adoptar la causa palestina, como una parte de un plan islámico a escala global, de acuerdo con el plan político y por los medios de la jihad, ya que actúa como la llave maestra del renacimiento del mundo árabe hoy.

No, no podemos estar tranquilos con estos "hermanos" musulmanes. Sobre todo teniendo en cuenta, que, como ya explicamos, intentaron sacar provecho de los disturbios franceses diciendo que lo que tenía que hacer la policía era "dejarles en paz". Y por cierto, según lo anterior, "apoyar a los movimientos comprometidos con la jihad en todo el mundo islámico": ¿quiere eso decir que Francia pertenece al Mundo Islámico? Pregunta que es muy incómoda porque entonces, ¿cómo habríamos de considerar a España? Uff, pregutna aún más incómoda.