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Este artículo apareció en Time magazine. Se refiere al pacto entre Daniel Ortega -ex? sandinista y nuevo Presidente del Gobierno nicaragüense- y Alemán, que podíamos considerar de centro:
¿Escándalos pasados? Sí, Alemán tiene unos cuantos. De hecho, ha estado cumpliendo una sentencia de 20 años de cárcel por lavar dinero negro por valor de 100 millones de dólares proveniente de la segunda nación más pobre del hemisferio. La organización Transparencia Internacional le concedió el dudoso premio de estar en la lista de los diez líderes más corruptos de todos los tiempos. (Sólo quedó en noveno puesto, superando al antiguo Presidente Filipino Joseph Estrada, que robó alrededor de 80 millones de dólares).
¿Popularidad? Ninguna realmente; las encuestas de manera continuada le señalan como el político menos querido de Nicaragua.
¿Salud de hierro? No exactamente. Con 61 años, Alemán está obeso y según parece, tiene una salud muy frágil, sufriendo de 10 enfermedades crónicas.
Pero nada de eso parece frenar a Alemán de sus revividas ambiciones presidenciales, ni parece demasiado preocupado acerca de la norma que prohíba a los ex-presidiarios presentarse a las elecciones. En lugar de eso, está volviendo a hacer campaña a la vieja usanza, lleno de optimismo, dinero, alegría y con un carismo que rivaliza con Bill Clinton. In en Nicaragua, esa combinación hace que la realidad se tambalee.[...] La confianza en sí mismo de Alemán es subrayada por una pose afirmativa, que es subrayada por su apodo de "máximo líder", pero su seguridad nace de un pacto secreto para compartir el poder que firmó en 2001 con President Daniel Ortega, por el cual acordaron dividir el poder de las instituciones del Estado.
En Marzo, las condiciones ya relajadas del arresto domicialiario de Alemán fueron aún más relajadas para que pudiera viajar por el país con libertad. Y ahora que el Presidente Ortega necesita el apoyo de la oposición para su agenda de Gobierno, Alemán, que controla el segundo partido en la Asamblea Nacional, está recibiendo algunos benefcios más. El 19 de abril, parlamentarios sandinistas y liberales se unieron para aprobar una ley que reduce la pena de prisión por lavado de dinero a cinco años, que Alemán convenientemente cumplirá el próximo mes de diciembre.Y sí, la ley además es retroactiva, lo que significa que Alemán podrá ahora terminar su blanda sentencia de 15 años antes de tiempo y presentarse a las elecciones en 2011.
Pero el halcón Alemán, que habla de forma ingeniosa de los días de la dictadura represiva de Somoza (a quien Ortega echó como líder de los ... insurgentes... sandinistas), nunca fue un preso típico. Se ha pasado más tiempo de su condena a prisión en una cama de hospital recuperándose de diversas cirugías menores (tres meses para ser exactos) que lo que pasó entre barrotes. Y ahora que la libertad completa parece estar justo a la vuelta de la esquina, ha apartado valientemente (¿?) las preocupaciones por su salud por el bien de su partido.
Ahora, además, Nicaragua acaba de anunciar que va a reestablecer las relaciones con Corea del Norte. Lo que no es muy consistente con las declaraciones de Daniel Ortega de que el socialismo nicaragüense tenía que ser moderado.
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