Chávez ha retirado la concesión de una de las emisoras de TV más antiguas de Venezuela y una de las más populares: Radio Caracol TV (RCTV). Ayer
decenas de miles de venezolanos salieron a la calle para protestar por el cierre, que podemos decir es la crónica de una muerte anunciada, ya que los ataques de Chavez hacia la libertad de esta cadena por no obedecerle han sido continuados y se han ido incrementando a lo largo del tiempo. Podeis ver varios vídeos (
1,
2, entre otros) sobre el asunto que son más que indicativos de la saña con la que Chávez se metía con la cadena.
Los periodistas mientras eran atacados por la turba cuando iban a cubrir los acontecimientos protagoizados por Chávez, quien insistía en que estaban "envenenando las mentes del pueblo venezolano".
Para defender la cadena se ha constituido una plataforma,
Free RCTV, en cuya primera página hay un vídeo que también es muy indicativo [aunque citar a Chomsky al final no me parece muy correcto, teniendo en cuenta lo que le gusta a Chávez este sujeto. ¿O sí? ;) ].
Asimismo, Chávez primero consideró que el Benedicto XVI ( ;) ) no le había criticado -cuando dijo lo de que en Sudamérica estaban creciendo mucho los totalitarismos-, pero ahora parece haber encontrado un filón de críticas. Durante su viaje, Benedicto defendió la labor evangelizadora que consideró había aportado mucho a los indígenas.
Es cierto que se cometieron errores, pero nadie duda que la civilización europea del siglo XVI era más evolucionada que la indígena americana. Además, las leyes promulgadas por la Corona de Castilla fueron las primeras que defendieron la igualdad de los indígenas de América, respecto de los ciudadanos peninsulares. Si alguien se molesta en leer el testamento de Isabel la Católica, una de las cosas en que más insiste es precisamente en que no se puede obligar a nada a los indios, incluido a la conversión. ¿Que se incumplieron las leyes? Pues como en todos los tiempos y lugares.
Pero lo que más llama la atención es que Chávez, que se ha declarado partidario del sosialihmo bolivario -que no es si no una mezcla entre el socialismo-comunismo revolucionario y el populismo sudameriano- con todo lo que ello conlleva actualmente, se escandalice de lo que pasó hace 500 años. Pero claro, si consigue que la Iglesia venezolana disminuya en influencia, lo tendrá muchísimo más fácil para conseguir el poder absoluto... del que ya está cerca.
En cuanto al genocidio indígena, sólo hay que ver a Chávez y a Evo -que ya ha dicho a la Iglesia que elija entre hacer política o ayudar a los pobres...- para darse cuenta de que no es muy cierto que digamos. En Bolivia, por ejemplo, el porcentaje de indios es del 65%. Si hubiera habido genocidio después de 500 años hubieran desaparecido.
Yo siempre que hablo con personas sudamericanas, comparo la dominación -lo pongo así porque el porcentaje de españoles en América siempre fue muy pequeño- española con la dominación romana de España. Cuando los romanos llegaron España tenía oro, plata y mercurio. De ellas, a la caída del Imperio, sólo quedaba el mercurio; de los otros nunca más se supo. España era exportadora de cereales, aceite, material de guerra, caballos, mujeres -sobre todo, bailarinas de Cádiz, aunque ahora parezca mentira, eran muy exóticas- y hombres -los íberos tenían reputación de excelentes y fieros soldados (ZP&Co. todavía no había nacido...)-, entre otras cosas.
Cuando San Isidoro de Sevilla escribe las Etimologías (siglo VI d.C.), insiste en lo que nos habían legado de bueno -el derecho, la lengua, la filosofía,etc.-. Pero no da la tabarra con la crucifixión de Indíbil y Mandonio y la violación de sus mujeres e hijas ni con el asesinato de Viriato. Porque 200 años de conquista dieron para muchas atrocidades -Sagunto en la segunda guerra púnica y Numancia frente a Escipión el Africano como más importantes, aunque seguro que si pienso un poco me acuerdo de más-.
Hecho este breve excursus histórico-filosófico, paso a linkar
una noticia que por tremenda, ha de ser comentada que, señores,
ha pasado ahora, bajo Chávez y sin Imperio/ dominación española:
La semana pasada, en una funeraria de Bogotá se estaba velando un ataúd sellado. La ceremonia fue discreta y rápida. Adentro estaba el cuerpo sin vida del capitán Camilo González, oficial de la inteligencia militar adscrito a la regional de Inteligencia de la Primera División del Ejército, más conocida como Rime uno, ubicada en Santa Marta. Su cuerpo tenía señales de torturas brutales: choques eléctricos, quemaduras con ácido y varios disparos de fusil. Dos semanas atrás, en Bogotá, habían recibido un cadáver con señales similares. El del cabo Gregorio Martínez. Ambos militares estaban desde hacía varios meses en Venezuela en una operación encubierta contra importantes jefes de las Farc que se refugian en ese país.
Según pudo establecer SEMANA, guerrilleros de esa organización sospechaban que los dos hombres, que actuaban como infiltrados, eran en realidad militares. Hace poco tiempo los siguieron hasta Santa Marta, donde corroboraron que se trataba de uniformados. A finales de abril, los guerrilleros los dejaron ingresar de nuevo a Venezuela y allí les tendieron una celada. Versiones entregadas a SEMANA por fuentes venezolanas aseguran que los dos militares fueron llevados a la sede de la Guardia Nacional en Santa Bárbara del Zulia, cerca del lago de Maracaibo. No se ha logrado establecer si sus muertes se produjeron dentro o fuera de esa guarnición. Lo que sí confirman algunas fuentes de esta revista es que miembros de este organismo, en compañía de un guerrillero de las Farc, los sometieron a penosas torturas. Ellos habrían confesado que eran militares. Luego los mataron. Otras agencias de inteligencia internacionales, sin embargo, aseguran que quienes actuaron en el doble crimen eran miembros de la Disip (servicio de inteligencia de Venezuela).
Resumen: Colombia sospecha fundadamente que Venezuela está amparando a las FARC. De modo que manda a unos militares del servicio de inteligencia a investigar. Así que los guerrilleros de las FARC los tienden una emboscada, los conducen a una prisión militar venezolana, donde los militares chavistas -o el servicio de inteligencia-los torturan brutalmente y finalmente los matan.
Y, ahora viene la pregunta: ¿por qué estas torturas no han salido en la prensa y sí salen las de Guantánamo? Por mucho que estén realizando una operación encubierta, la tortura lenta y minuciosa a la que fueron sometidos es demasiado, sobre todo, porque, podían simplemente haber denunciado que estos ciudadanos habían entrado allí con permiso no válido.
Penoso.