La policía espeta a un converso musulmán al Cristianismo: "Deja de hacer de cruzado"

jueves, mayo 01, 2008

A British citizen who converted to Christianity from Islam and then complained to police when locals threatened to burn his house down was told by officers to “stop being a crusader”, according to a new report. 

Nissar Hussein, 43, from Bradford, West Yorkshire, who was born and raised in Britain, converted from Islam to Christianity with his wife, Qubra, in 1996. The report says that he was subjected to a number of attacks and, after being told that his house would be burnt down if he did not repent and return to Islam, reported the threat to the police. It says he was told that such threats were rarely carried out and the police officer told him to “stop being a crusader and move to another place”. A few days later the unoccupied house next door was set on fire.
A un ciudadano británico que se convirtió al cristianismo desde el islam y después denunció ante la policía que los locales -se refiere a los musulmanes locales- amenazaron con quemarle su casa, la policía le contestó que "dejara de actuar como un Cruzado", según un nuevo informe.

Nissar Husseis, de 43 años, de Bradford, West Yorkshire, que nació y creció en Inglaterra, se convirtió al cristianismo desde el islam, con su mujer, Qubra, en 1996. El informe dice que fue objetio de numerosos ataques y que, después de que se le dijera que que su casa ardería si no se arrepentía y volvía al islam, informó de esa amenaza a la policía. Dice que se le contestó que esas amenazas no eran normalmente llevadas a cabo y el policía añadió que "dejara de comportarse como un cruzado" y que se trasladase a otro sitio. Unos días después la casa sin ocupar fue prendida fuego.

Christian Solidarity Worldwide, una organización de Derechos Humanos inglesa, cuyo presidente es el anterior ministro del Gabinete Jonathan Aitken, está pidiendo a la ONU y a la comunidad internacional que tome acciones contra las naciones y las comunidades que condenan la apostasía. 

Su informe,
Ningún sitio que pueda llamar mi casa, señala que los apóstatas del Islam están sujetos a "grandes y variados abusos a sus derechos humanos". Añade que en países como Gran Bretaña, con grandes poblaciones británicas en una cultura occidentalizada, la obligación de mantener una identidad musulmana es intensa. "Cuando las identidades son precarias, su refuerzo tomará siempre una forma agresiva".

No puedo ni siquiera comentarlo...