Afganistán: situación de guerra

viernes, octubre 24, 2008

El documento califica de día fuerte para nuestras tropas el pasado doce de octubre. El día de la Fiesta Nacional, el mismo en la que la ministra Carmen Chacón descartaba el envío de más tropas al país asiático, nuestros soldados tuvieron que hacer frente a dos ataques, el más grave supuso trece horas de combate, requirió una importante ayuda aérea y se saldó con unas 40 bajas enemigas.
Todo mientras el Gobierno, según denuncia el diputado popular Arsenio Fernández Mesa, sigue negando la situación bélica que allí se vive.
El informe, en el que consta por escrito el peligro que corren los militares, relata otros tres ataques entre los pasados 10 y 12 de octubre.
La situación en Afganistán ha empeorado de manera alarmante. Además del asesinato de la cooperante al que ya hice referencia aquí porque había ido a predicar el Cristianismo, los talibanes asesinaron a 31 de los 50 que iban en un autobús después de pararlo y hacer que se bajaran. 6 de ellos fueron degollados y la policía ha detenido a cuatro líderes talibanes sospechosos del ataque.
Los problemas de Afganistán pasan precisamente porque no se han mandado tropas suficientes (no ha habido la surge que tan buenos resultados dio en Irak). El Secretario de Defensa Gates las ha pedido insistentemente a los países europeos (la última vez hace pocos días) pero los países europeos no parecen muy dispuestos (ha habido incluso una compañía francesa que se ha negado a ir, después del asesinato de los soldados franceses en Afganistán, información que no ha sido negada así que debe ser verdad).
De modo que a los grandes estrategas militares de Washington no se les ha ocurrido otra idea que aliarse con las milicias tribales a las que van a "entrenar". A veces lo de "a falta de pan, buenas son tortas", no sirve, sobre todo si las tortas están envenenadas. Como ya traduje en su momento, en la serie sobre La Conexión centroasiática, una de las cuestiones a tener en cuenta es que se lucha contra los talibanes y la coalición se ha aliado con los señores de la guerra que son los que trafican con el opio del que Afganistán es el primer productor mundial. Al entrenar a las milicias tribales, muchas de ellas aliadas de los talibanes y que viven traficando o cultivando droga para subsistir, no se está realmente solucionando nada. 
En un país en el que más del 50% de la población sobrevive gracias al opio, las posibilidades de ganar una guerra y que el resultado sea el óptimo o al menos uno de los mejores, son muy pocas, sobre todo si no hay tropas que luchen realmente contra los que se dedican a desestabilizar la situación (los hospitales y las escuelas necesitan ser protegidas), si se oculta la verdadera situación de la guerra en Europa y si además, se niega que sea una guerra. Realmente,tenemos un cóctel explosivo que lleva invariablemente a una pregunta: ¿por qué estamos gastando dinero en Afganistán si al paso que vamos no existe probabilidad de ganar? Y no existe no porque los talibanes sean la leche (es legendaria su inutilidad para disparar..., por mucho que esto cause mucha preocupación a un Brigadier británico), si no porque cada vez parece más que no existe voluntad de ganarla: es como si no fuera con los países que han mandado tropas, que (no nos olvidemos) son personas que se juegan la vida por intereses políticos, estratégicos o militares.
Ah, no, espera, que la ONU lo ha santificado y entonces ya nadie se plantea nada más. Mmmm, estamos en el Nirvana, la guerra no existe, Bin Laden es pacífico y yo soy Muhammad Alí, Mmmm.