Hablando durante la cena hace unos días, comentamos las pocas noticias que había sobre la misión de la ONU en el Congo, de la que España forma parte. Al día siguiente, nos enteramos de que las noticias habían sido tan malas que no las habían publicado los medios porque a la ONU se le habían visto hasta lo más recóndito de su mala praxis.
Human Rights Watch informó primero a la ONU sobre la mala práctica de las fuerzas de paz paquistaníes en el este de R.D Congo en diciembre de 2005. OIOS llevó a cabo una investigación en referencia a las acusaciones sobre el tráfico ilegal de oro y el contrabando de armas por parte de las fuerzas de paz, pero la evaluación final halló que sólo un oficial paquistaní había tenido que ver con el tráfico ilegal de oro, sin prueba alguna de contrabando de armas.
Human Rights Watch llevó a cabo su propia investigación después de ver que la OIOS había quitado importancia a los problemas. Declaraciones de testigos a los investigadores de OIOS destacaron el rearme de las milicias congoleñas y señalaron que más de un paquistaní perteneciente a las fuerzas de paz estaba envuelto en el negocio del oro. Tiempo después, los comandantes de la milicia expusieron públicamente que habían recibido armas de las fuerzas de paz paquistaníes. OIOS no investigó esta información, la cual no fue incluida en su informe final.
«El fracaso de OIOS de no continuar con las serias acusaciones del rearme de grupos de las milicias criminales es insólito», apuntaba Crawshaw. «La ONU debe de mejorar su forma de supervisar, o correrá el riesgo de aumentar el conflicto en vez acabar con él».
Testimonios brindados durante la investigación por un oficial del ejército congolés y por un traductor que trabajaba para el batallón paquistaní apuntan al rearme de las milicias por parte de los mismos cascos azules encargados de desarmarlos.
Han pasado sólo siete semanas desde su nombramiento y tres desde su incorporación oficial. El general español Díaz de Villegas, máximo jefe militar de la operación de Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUC), deja el cargo por razones personales, según un comunicado. Pero algunos medios han revelado que el general había mostrado su insatisfacción con la misión de la ONU: criticó la ausencia de una estrategia coherente, de un mandato fuerte y de los recursos necesarios para su buen desarrollo.
(...) Los congoleños ya no creen en los cascos azules. Enfurecidos, han arrojado piedras contra ellos acusándoles de no haber hecho lo suficiente para impedir el avance de los rebeldes liderados por el Laurant Nkunda en el este del país africano y que desde el mes de agosto ha provocado el desplazamiento de más de 250.000 personas. Como en tantas otras ocasiones, el recrudecimiento de la situación se veía venir desde hace meses, pero Naciones Unidas ha sido incapaz de hacer nada.
Una reciente investigación interna de Naciones Unidas ha revelado que centenares de cascos azules de la India que formaban parte del contingente en el Congo habrían presuntamente cometido abusos sexuales contra la población del país.
Según este informe, realizado por la Oficina de Supervisión Interna, casi un centenar de soldados participaron en las agresiones, aclara ABC.
El País (¿a que no salió en la portada del informativo de Cuatro?) lo publicó el pasado agosto con poco detalle. Lo curioso del caso es que no se dice (como sí se dijo con los marines de Haditha que resultaron ser inocentes) que cometieron abusos sexuales a pesar de que se probó en las pesquisas de la ONU que lo hubieran hecho. Sólo se dice que podrían haberlos cometido. Asimismo se reitera por parte de la ONU que "este comportamiento es inaceptable" y que se transmitió el "deseo de Ban" de que el ejército indio "castigase a los que resulten culpables". Me gustaría saber de qué sirve una Oficina de Supervisión de la ONU si los informes que hace ni siquiera determinan la culpabilidad de los que, según ellos mismos, "participaron en las agresiones". Ahora bien, es divertido comprobar que, mientras ABC dice que casi un centenar de soldados participaron en las agresiones, El País dice que no se tiene ni idea de cuántos fueron pero que las agresiones se produjeron en la zona norte de Kivu.
Y termina diciendo el portavoz de la ONU, Sorokobi, "El mal comportamiento de unos pocos no puede empañar la enorme contribución y sacrificio de los numerosos cascos azules que sirven a la causa de la paz".
Y yo pregunto, ¿qué ocurre si hubieran sido curas católicos? ¿A que entonces sí que se hubieran abierto todos los informativos de la Cuatro, de la Sexta, de la Ser, de TV3 y de Canal Sur con un "descubierta una red de curas que se dedicaba a traficar con oro y a abusar de menores"?
Los rebeldes han declarado un alto al fuego en la zona de Goma. El texto de la declaración del alto al fuego dice:
Esta decisión fue tomada con el objetivo de evitar el pánico de la población de Goma así como de quienes se encuentran en los campos de refugiados situados en sus inmediaciones.
Ya hay nueve muertos y además se ha informado de que los soldados congoleses están dedicándose a entrar en las casas y a tomar como botín todo lo que haya dentro. La ONU, mientras, condena a los rebeldes y pide que se termine el conflicto que ella misma ha ayudado a incrementar debido a la falta absoluta de efectividad de la misión y las actividades ilegales de parte de los soldados desplegados bajo su bandera.
Aunque hay alguna pequeña buena noticia: un convoy de la ONU ha ido el lunes a Rutshuru, una de las zonas dominadas por los rebeldes para distribuir ayuda humanitaria:
"Establecimos conversaciones" con los rebeldes, el ejército congoleño y la MONUC (Misión de las Naciones Unidas en la RDC) "para abrir un corredor que nos permitirá restablecer algunas actividades humanitarias a partir de mañana (lunes)", dijo Gloria Fernández, jefa de la misión de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) para la RDC.
Mientras tanto, en el terreno diplomático, los ministros de Relaciones Exteriores francés, Bernard Kouchner, y británico, David Miliband, se reunieron el domingo en Dar es Salaam con el presidente de Tanzania y de la Unión Africana (UA), Jakaya Kikwete, en una gira relámpago por la región que los llevó antes a la RDC y Ruanda.
A ver si al menos la población civil sufre a partir de ahora lo menos posible...