Enzo escribió hace unos días un magnífico post sobre lo que está haciendo China en África. Titulado "China en África: los nuevos negreros", viene a resumir de manera absolutamente certera el papel que China está desempeñando en el continente africano:
Le ragioni dell'invasione cinese - ché non di investimento ma di vera e propria colonizzazione si tratta - sono diverse: da una parte la fame di materie prime e risorse energetiche, una vera e propria costante nella contemporaneità del gigante asiatico; dall'altra la necessità di una manodopera a bassissimo costo, adesso che il mercato del lavoro cinese si sta gradualmente emancipando a livello salariale (almeno nelle grandi industrie dei principali centri urbani); poi la conquista di nuovi mercati, e in questo senso il potenziale dell'Africa è stato sempre colpevolmente sottovalutato dall’occidente. Ma alla base della neocolonizzazione cinese c'è soprattutto la volontà di espansione e di influenza a livello geostrategico attraverso un piano di creazione di stati vassalli legati da rapporti di dipendenza con Pechino.Lo interesante pues, es que no se trata tanto de una cuestión de mercado (materias primas, mano de obra a bajo costo o conquista de nuevos mercados) como de una cuestión geoestratégica, de "creación de estados vasallos dependientes de Pekín. Si leemos el artículo de Peter Hitchens, ¿Cómo China ha creado un nuevo imperio esclavista en África?, sacamos la conclusión de que simplemente están cambiando una cosa por otra: están vendiendo a precio de ganga sus materias primas, a cambio de salir de la situación de semi-hambruna que viven de continuo. Por supuesto, no lo hacen ellos, si no sus gobiernos respectivos, pero eso no cambia el resultado.
Out of desperation, much of the continent is selling itself into a new era of corruption and virtual slavery as China seeks to buy up all the metals, minerals and oil she can lay her hands on: copper for electric and telephone cables, cobalt for mobile phones and jet engines - the basic raw materials of modern life.La pregunta ahora es si el asesinato de varios trabajadores chinos en Darfur variará en algo la política africana de China. El Gobierno sudanés ha echado la culpa a un grupo rebelde, el Movimiento para la Justicia y la Solidaridad, que, a su vez, ha culpado al Gobierno sudanés.
Ahora bien, el hecho de que las materias primas NO sean lo único que les interesa, no quiere decir que no interesen a China. El último acuerdo estratégico se ha producido con Rusia para construir un gigantesco oleducto desde Siberia hasta China. Ésta era una vieja aspiración china, que ya domina de facto parte del Extremo Oriente ruso a través de la inmigración masiva de chinos a suelo ruso, por más que los rusos pro-gobierno consideren esta afirmación como una exageración.
Pero para los que han sido lectores míos desde hace tiempo, esto no es novedad como ya desarrollé aquí.