"La ocupación durante las tres últimas semanas de una mezquita en el barrio de Rosengard -la Rosaleda-, en la sureña ciudad de Malmö, y su desalojo a cargo de la policía sueca el pasado lunes han desencadenado violentos enfrentamientos entre los agentes del orden y grupos de inmigrantes musulmanes.
Durante tres noches consecutivas se han librado en la barriada verdaderas batallas campales, con tácticas propias de la guerra de guerrillas por los ocupantes de la mezquita y sus simpatizantes, que reúnen a varios centenares de inmigrantes musulmanes. Lanzamiento de adoquines y cócteles molotov, petardos de gran tamaño, artefactos explosivos de fabricación casera, y hasta algún disparo aislado de arma corta han menudeado durante las tres noches de enfrentamientos.
La Policía, que ante la perspectiva de una cuarta noche de algaradas pidió ayer refuerzos a las prefecturas de las provincias limítrofes, ha hecho cuanto ha podido por contener la oleada de violencia. Enmascarados por sus pasamontañas para proteger sus identidades, embutidos en sus monos negros antidisturbios, protegidos por cascos y escudos y armados sólo con porras y cañones de agua, ya que por ley tienen prohibido emplear otro tipo de armamento en la contención de manifestaciones, los agentes se han visto por momentos desbordados."
"Ha habido fuegos durante toda la tarde.. daños importantes en la propiedad pública y... han arrojado piedras y cócteles molotov a la policía", ha dicho una portavoz de la policía.
(...) El dueño del edificio, en un vecindario inmigrante, ha decidido no renovar el leasing del centro (...) que incluía una mezquita y ha tenido que moverse.
La policía "piensa que puede calmarnos contándonos unas cuantas bromas, pero nos acosa todo el rato, nos detiene por nada y luego se sorprende de que luchemos", dice Ahmed Baccar, un palestino sin empleo de 20 años con la cabeza rapada.
"Pegan a chicos de 11 y 12 años, nos echan los perros como hicieron ayer, y luego ustedes quieren que les queramos", dice su amigo Rached El Ali, un palestino de 18 años.
Se han solicitado refuerzos policiales a Estocolmo y Gotenburgo.
Mientras a primera hora de esta noche todo parecía más calmado, los manifestantes han tirado cócteles molotov y han quemado cinco coches y varios contenedores, según la policía.
"Eran jóvenes que no tenían relación con las viviendas en Rosengård," según Tommy Sverngard, comandante de la policía en el lugar. Según la policía, incluían jóvenes que habían estado acusados de ser "hooligans" de fútbol y de participar en manifestaciones relacionadas con el Foro Social Europeo (anti-globalización). Según el portavoz de la policía de Skåne police spokesperson, había alrededor de 30 Antifas (anti-fascistas).
La brigada de bomberos acudió para apagar varios fuegos pero los jóvenes le tiraron piedras y tuvieron que llamar a la policía para que les protegiera mientras los apagaban.
"Cuando la policía intentó proteger a la brigada de bomberos, les tiraron más piedras", continúa Tommy Sverngard.
Los servicios de emergencia decidieron a media noche no salir a apagar pequeños fuegos en, por ejemplo, contenedores, donde no había riesgo de que se extendiera a los edificios cercanos.
Al parecer, las cosas están calmándose, pero todavía ha habido fuegos provocados y se les ha prometido un nuevo centro social. Eso sí, no se ha hablado de la situación concreta.