Primero duerme al presentador:
Y después se duerme el mismo:
Y parece tan poco peligroso así, ¿eh? Si es que no se puede ser tan pesado, Agggmi. Y ¿el bono de peluquería para cuándo lo dejamos?
Y, cuando se despertó, se dijo: ¡Qué bien, en Irán, no hay libertad de prensa! (Bueno, si por Ahmadinejad fuera, tampoco la habría en el resto del mundo).