International readers: this post is a translation of this one (link in English).
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Como ya mencioné en el anterior post sobre el tema, existen tres actores fundamentales: las organizaciones criminales tradicionales, los grupos terroristas y las organizaciones con naturaleza intermedia. En este post vamos a hacer un somero examen de estos tres grupos para después entender mejor la situación actual.
1) Mafias de la droga: No son más que traficantes en el mercado regional. Sólo tienen intenciones criminales, pero tienen uno de los dos lados del nexo crimen organizado-terrorismo y son muy fáciles de identificar.
Las mafias de la droga en Afganistán han operado con impunidad desde hace décadas. Su control sobre el mercado de ilícitos era anterior a la llegada al poder de los Talibán en 1996. Eran ellas las responsables de distribuir semillas de opio a granjeros locales y de dar préstamos a los granjeros para que las plantaran. Constituyen el primer grupo de compradores en el mercado internacional de opio y su posición ha sido fortificada por las relaciones ya consolidadas entre las élites locales y los señores de la guerra, que tiene la potencialidad de romper los frágiles intentos de llevar la paz a Afganistán. Esto es especialmente interesante en las zonas donde más se cultiva opio: Helmand y Kandahar.
En principio, todo se solucionaría si se incorporaran los señores de la guerra a la sociedad rompiendo del todo con el lucrativo comercio de narcóticos. Pero esto es complicado porque muchos de los individuos que tienen relaciones con el mercado han sido nombrados para puestos en el gobierno.
También las repúblicas centro-asiáticas albergan mafias, pero los grupos kazakos, kirgizos, tajikos, turcomanos o uzbekos no están tan bien establecidos como sus colegas afganos. Tienen una experiencia muy limitada y su influencia es regional o local, proque no tienen conexiones locales o internacionales. Pero la herencia soviética les ha dejado dos cosas: gobiernos fácilmente corrompibles y una infraestructura de transportes razonablemente bien desarrollada y que soporta múltiples usos. Ambas cosas facilitan el movimiento de bienes por toda Asia Central hacia Europa del Este.
2) Crimen transnacional:
Son jugadores regionales e internacionales que incluyen oficiales en varios gobiernos y sus servicios secretos. Los jugadores más importantes incluyen:
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Como ya mencioné en el anterior post sobre el tema, existen tres actores fundamentales: las organizaciones criminales tradicionales, los grupos terroristas y las organizaciones con naturaleza intermedia. En este post vamos a hacer un somero examen de estos tres grupos para después entender mejor la situación actual.
1) Mafias de la droga: No son más que traficantes en el mercado regional. Sólo tienen intenciones criminales, pero tienen uno de los dos lados del nexo crimen organizado-terrorismo y son muy fáciles de identificar.
Las mafias de la droga en Afganistán han operado con impunidad desde hace décadas. Su control sobre el mercado de ilícitos era anterior a la llegada al poder de los Talibán en 1996. Eran ellas las responsables de distribuir semillas de opio a granjeros locales y de dar préstamos a los granjeros para que las plantaran. Constituyen el primer grupo de compradores en el mercado internacional de opio y su posición ha sido fortificada por las relaciones ya consolidadas entre las élites locales y los señores de la guerra, que tiene la potencialidad de romper los frágiles intentos de llevar la paz a Afganistán. Esto es especialmente interesante en las zonas donde más se cultiva opio: Helmand y Kandahar.
En principio, todo se solucionaría si se incorporaran los señores de la guerra a la sociedad rompiendo del todo con el lucrativo comercio de narcóticos. Pero esto es complicado porque muchos de los individuos que tienen relaciones con el mercado han sido nombrados para puestos en el gobierno.
También las repúblicas centro-asiáticas albergan mafias, pero los grupos kazakos, kirgizos, tajikos, turcomanos o uzbekos no están tan bien establecidos como sus colegas afganos. Tienen una experiencia muy limitada y su influencia es regional o local, proque no tienen conexiones locales o internacionales. Pero la herencia soviética les ha dejado dos cosas: gobiernos fácilmente corrompibles y una infraestructura de transportes razonablemente bien desarrollada y que soporta múltiples usos. Ambas cosas facilitan el movimiento de bienes por toda Asia Central hacia Europa del Este.
2) Crimen transnacional:
Son jugadores regionales e internacionales que incluyen oficiales en varios gobiernos y sus servicios secretos. Los jugadores más importantes incluyen:
- una red de afganos, kirgizos y rusos que mueven los opiáceos por toda Asia Central, Rusia, los países bálticos y Europa del Este.
- una red de afganos, turcomanos y turcos que regularmente trafica los opiáceos a través de Turkmenistán (también a través de Armenia y Azerbaiján) hacia Turquía para su redistribución en Europa.
- una coalición de mafias del Cáucaso que es quien presumiblemente controla una parte significativa de la industria de narcóticos de la Federación Rusa.
- una coalición de grupos afgano-iraníes y afgano-pakistaníes.
- y grupos independientes tajikos y uzbekos con vínculos por diáspora étnica en Afganistán.
Pero lo más importante es que como consecuencia de que sus miembros tienen diversas procedencias, algunos grupos criminales transnacionales acaban teniendo motivaciones políticas. Primero, es para proteger su tráfico de drogas, al que se dedican de forma prioritaria. Luego, es porque diversifican su mercado (inmobiliarias, trata de blancas, prostitución, armas...) y precisan de un soporte político que les dé carta blanca para actuar. Al final, no se sabe dónde está el crimen y dónde el poder político.
De todas maneras, hay más grupos que tienen vínculos con mafias afganas: chinos, coreanos, americanos, latinoamericanos, nigerianos... todos intentan influir sobre partes del tráfico regional.
En principio, todos estos grupos usan Irán, Paquistán o las repúblicas centro-asiáticas como base de sus operaciones. Tienen sus stocks en Afganistán, pero también en Osh, Shymkent y Samarkanda en Asia Central.
En cuanto a sus métodos, y considerando los miembros que los forman, la intimidación y la corrupción realizada por estos actores es significativamente mucho más destructiva para el Estado y la Seguridad Nacional que las mafias de la droga domésticas. Y significativamente mucho más difícil su neutralización. Ante la disyuntiva de muerte o heridas graves a miembros de la familia o aceptar un soborno, muchos oficiales del gobierno y de seguridad han escogido lo segundo, especialmente por sus salarios extremadamente bajos.
[Incluso hay casos como Siljander, el súper-repúblicano y mega-anti-islamista que terminó financiando a los talibán...]
El tráfico de drogas llega muy alto en la estructura de poder: el presidente de Turkmenistán, Saparmunar Niyazov y otros oficiales de alto rango, estuvieron implicados en operaciones de tráfico de drogas con base en el aeropuerto de Ashgabat.
Como ya dije antes, están interesados en adquirir beneficios financieros asociados a la participación en el tráfico de drogas y en lograr control político para asegurar sus operaciones.
En el próximo post: grupos terroristas o insurgentes.
Anteriores posts:
La conexión centroasiática: drogas, terrorismo y crimen organizado (I)
De todas maneras, hay más grupos que tienen vínculos con mafias afganas: chinos, coreanos, americanos, latinoamericanos, nigerianos... todos intentan influir sobre partes del tráfico regional.
En principio, todos estos grupos usan Irán, Paquistán o las repúblicas centro-asiáticas como base de sus operaciones. Tienen sus stocks en Afganistán, pero también en Osh, Shymkent y Samarkanda en Asia Central.
En cuanto a sus métodos, y considerando los miembros que los forman, la intimidación y la corrupción realizada por estos actores es significativamente mucho más destructiva para el Estado y la Seguridad Nacional que las mafias de la droga domésticas. Y significativamente mucho más difícil su neutralización. Ante la disyuntiva de muerte o heridas graves a miembros de la familia o aceptar un soborno, muchos oficiales del gobierno y de seguridad han escogido lo segundo, especialmente por sus salarios extremadamente bajos.
[Incluso hay casos como Siljander, el súper-repúblicano y mega-anti-islamista que terminó financiando a los talibán...]
El tráfico de drogas llega muy alto en la estructura de poder: el presidente de Turkmenistán, Saparmunar Niyazov y otros oficiales de alto rango, estuvieron implicados en operaciones de tráfico de drogas con base en el aeropuerto de Ashgabat.
Como ya dije antes, están interesados en adquirir beneficios financieros asociados a la participación en el tráfico de drogas y en lograr control político para asegurar sus operaciones.
En el próximo post: grupos terroristas o insurgentes.
Anteriores posts:
La conexión centroasiática: drogas, terrorismo y crimen organizado (I)