Cuenta la historia que Don Favila, el hijo de Don Pelayo, murió por estar en una cacería de un oso y ser muy lento al esquivarlo. De ahí que se diga " Espabila, Favila que viene el oso" a aquellos que no parecen muy bien darse cuenta de la situación en que se encuentran.
Ahora cambien Favila por PP. Y podemos ver cómo está el patio.
Si leemos las noticias españolas de las últimas semanas, podemos ver lo penosa que es la situación. Primero fue el vídeo de campaña de las Juventudes Socialistas del PSOE que criticaba a los que usaban la marca Lacoste, como la prueba fehaciente de ser una piji-facha, cuando después se vio que más de un socialista también tiraba de marcas cuando le apetecía. La consecuencia fue que Lacoste anunció que pensaba denunciar al PSOE por injurias. El final será que Lacoste recibirá una indemnización con cargo a los Presupuestos. O sea, que pagaremos todos, nos guste o no, estemos de acuerdo o no con el video de marras.
Después vinieron comparaciones odiosas, pero no por las diferencias en sí, si no por lo que suponen. El vídeo de Zapatero en el que dice que con una sonrisa se soluciona todo, en el mismo momento en que pone una expresión de odio recalcitrante, es la más viva expresión del momento en que vivimos. Lo que hace es confirmar una vez más que su sentido del humor no existe, simplemente es una pose, como la del famoso talante.
Odio. El mismo que demuestra Carrillo, cuando acusa a la derecha de hoy de ser la misma que en 1936, en referencia a los mismos que él mismo asesinó (o fueron asesinados con su supervisión, lo que a estos efectos es lo mismo) y lo que ya confesó en 1978 que volvería a hacer, porque él no estaba arrepentido. Eso sin contar con una de las declaraciones más estrambóticas que he visto salir de la boca de un humano en los últimos tiempos (y mira que llevamos...).
ha rechazado que el franquismo sea "historia" y por el contrario ha afirmado que la dictadura sigue siendo una "mancha profunda" que, aún hoy, "está pesando sobre nuestra historia".
Los hechos acaecidos en el pasado son historia, nos gusten o no. El franquismo, que aún hoy sigue teniendo hooligans que lo apoyan hasta el punto de amenazar a alguien por criticarlo, no me gusta pero nunca negaría su existencia, como intentó hacer hace poco Labordeta y parece que comparte Carrillo. La principal labor del pasado tiene que ser precisamente aprender de los errores, pero desde el momento en que uno de los "bandos" dice que todos los errores fueron cometidos por el otro bando, no hay posibilidad ni de arrepentimiento ni de enmienda hacia el futuro. Así que seguimos con las mismas actividades que hace muchos años, sin respeto por las ideas ni posturas del contrario. O sea, sin que exista una cultura democrática real.
La medida de dicha falta de cultura democrática y de respeto a los valores que debe sustentar la misma podemos verla en tres noticias que hemos conocido en los días pasados. Primero, el Museo Guggeheim de Bilbao iba a mostrar en una exposición la radiografía del cerebro de Miguel Ángel Blanco, sin el consentimiento de la familia y con el cabreo más que justificado de todo aquel ser humano que, al menos, se precie de serlo. Porque hay que tener poca piedad y poca caridad para hacer algo así. Y, por supuesto, poco respeto a su propia esencia de ser humano. ¿Le hubiera gustado al director que su propia radiografía se exhibiera de ese modo? Pues salvo que sea un tipo excesivamente morboso -lo que no descarto- no creo.
La segunda es la imputación de Alcaraz, Presidente de la AVT, mal que le pese a muchos, por injurias al Gobierno por criticar la negociación con ETA. Lo malo es que lo que Alcaraz ha dicho es algo que no es nuevo, ni siquiera es el único que lo ha dicho. Es más, los papeles del PSE prueban que el objetivo de Zapatero para el País Vasco es muy parecido al que quiere Ibarreche y los batasunos.
Y la tercera es la recusación de dos de los magistrados del Tribunal Constitucional, porque no concuerdan con las ideas del Gobierno, por primera vez en la historia desde 1978.
Con este panorama, podríamos considerar que el PP lo tiene fácil para ganar las elecciones 2008, porque los datos anteriores son sólo los más recientes que se han producido. Además hay que añadir la purga interna a los que no son "de la onda" y las declaraciones diarias de Pepiño que avergonzarían a cualquiera medianamente inteligente.
Pues no, no es así. Sin llegar al pesimismo de algunos, la verdad es que el PP no sabe dónde tiene la mano derecha. Medidas como la de la enmienda a la ya de por sí penosa Ley para la conservación de datos para los comunicaciones electróncias, son acompañadas por otras que sólo de leerlas, merecerían que alguien les diera lecciones de Historia y no de las de Educación para la Ciudadanía precisamente:
el Ayuntamiento de Cáceres, gobernado en coalición por el PSOE e IU ha decidido despojar de su nombre a una calle dedicada a ”Los últimos de Filipinas”. Efectivamente, la travesía llamada «Héroes de Baler», ha perdido su nombre; al entender la corporación que esta denominación hacía referencia a milicias franquistas.
Normalmente, no me dedico a hacer grandes elogios de nadie. Pero el que a estos hombres que permanecieron desde el día 30 de junio de 1898 hasta el 2 de junio de 1899 atrincherados en una Iglesia porque pensaban que España no se había rendido a Estados Unidos y que les estaban mintiendo, les quiten una calle, no es sólo un olvido histórico: es el colmo del deshonor a unas personas que ni eran ricas -eran del "pueblo" ese que todos dicen ahora defender-, ni estaban allí en viaje de placer. Estaban defendiendo España. Aunque en los tiempos que nos ha tocado vivir eso sea simplemente un rasgo franquista, trasnochado o simplemente de extrema derecha o de derecha extrema. Y el honor y la dignidad sean algo perdido en esa misma Historia que, aunque se quiera borrar, siempre existirá [1].
Que el PSOE o IU se sumen a eso es algo que no nos debería extrañar. Que lo haga el PP, al mismo tiempo que filma vídeos para que todos pongamos en la ventana la bandera de España el 12 de octubre, es una hipocresía. Y creo que no hará falta que explique por qué.
Si realmente quieren que aquella parte de los ciudadanos que somos conscientes de lo que pasa, les votemos en las próximas elecciones, que ya saben que estarán muy reñidas, lo que no pueden hacer es pegarnos de palos, aprovecharse de nuestra labor y considerar que les seguiremos encantados de hacerlo. Ni siquiera es válido eso de que "queremos perder porque la situación va a estar muy mala". Si no tienen valor para enfrentarse a lo que viene, no se presenten, dejen que lo haga los que sí quieran enfrentarlo.
Porque lo que desde luego no puede permitirse es que consideren que vayamos a decir que llueve, cuando lo que pasa es que nos están meando encima. Con perdón de la expresión.
[1] Ejemplos de esto ha habido: Hatsepsut, la primera mujer faraón del Imperio Egipcio, reinó como tal. Construyó entre otros, el bellísimo templo de Deir el-Bahari. Pero su sucesor Tutmosis III borró su nombre de todos los monumentos que construyó como si nunca hubiera existido:
[...] pese a esta terrible acción -que condenaba a la reina-faraón a la muerte y el olvido eternos-, la gran personalidad de Hatsehpsut, la mujer que más tiempo estuvo sentada en el trono de los faraones, ha sobrevivido a su castigo y aún hoy sigue cautivándonos desde más de tres mil años de historia.